jueves, 27 de diciembre de 2012

Tenemos que hablar de Adam Lanza

Iniciemos señalando un dato que condensa el planteamiento de la responsabilidad psiquiátrica implicada en el terrible matricidio-multihomicidio de menores y adultos. 

Como James Holmes en una sala cinematográfica de Colorado y desde el primer caso de grandes dimensiones cuyos protagonistas fueron Dylan Klebold y Eric Harris en 1999, en Columbine, todos tienen una característica común además de ser muy jóvenes, esto es, que se hallaban bajo los efectos de la medicación psiquiátrica.

Las evidencias y los testimonios de una opinión crítica de especialistas y personas afectadas en Estados Unidos son múltiples y diversos y coinciden en señalar que los efectos de la despersonalisación y desubjetivación de la medicación psiquiátrica genera suicidios y homicidios.

Si se considera a James Holmes que espera su sentencia para enero del 2013, la información que se detalla sobre ese caso señala específicamente que no se pueden dar a conocer los medicamentos que su psiquiatra le había prescrito por tratarse de un tema de privacidad médica del paciente.

El periodismo crítico estadounidense señala que tras este manto de opacidad y encubrimiento informativos se encuentra una labor de los abogados de las grandes empresas farmacéuticas que pueden aportar a los condados cantidades extraordinarias de dinero para que esta información no salga a la luz pública.

Si esto sucediera el escándalo generado bajaría el consumo de dichos fármacos afectando los intereses voraces de las empresas farmacéuticas. Imaginemos que James Holmes estuviera tomando entre otros el ''ritalin''.

En el caso de Lanza ocurre algo similar. No se ha dado a conocer si estaba o no en tratamiento y quién era su psiquiatra y menos aún por cuánto tiempo y con qué medicamentos estaba siendo tratado.

El tema de los ''efectos nocivos'' de los medicamentos psiquátricos ya ha estado presente en el congreso estadounidense y el debate se ha relegado o bien se ha diluido en procesos legales y la defensa legal del establishment médico psiquiátrico de la Asociación Psiquiátrica Norteamericana que elabora e instituye las ya conocidas versiones del DSM -Mental Disorders Manual- que a su vez la Organización Mundial de la Salud impone al planeta entero.

El caso de Holmes es paradigmático pues estudiaba neurociencias y era paciente de la psiquiatra Lynne Fenton que ocupa todavía el cargo de Directora Médica de Salud Mental de la Universidad de Colorado y había sido amonestada por prescribir medicamentos sin receta médica.

Con Adam Lanza la responsabilidad psiquiátrica apenas y ha figurado entre la nota roja y los comentaristas ‘’serios’’. Lo demás conduce al suceso matricida y a la responsabilidad de la propia madre en tanto los niños asesinados recibieron balas proyectadas desde armamento que estaba a su nombre, al nombre de la madre de Adam Lanza.