miércoles, 15 de mayo de 2013

Degas y los cuerpos desnudos


Existe un trazo sobre la obra de Degas sobre los desnudos femeninos, cuya línea de interpretación bien pudo haber sido generada por un crítico de arte de su tiempo que censuraba a Degas en una de sus exposiciones. Degas se dijo, no pinta desnudos sino mujeres sin ropa. 

La crítica pretendía excluir a Degas de la prestigiosa tradición del ‘’desnudo femenino’’ para situarlo entre aquellos que muestran al que mira ‘’mujeres sin ropa’’. El crítico en cuestión decía más de lo que pretendía pues en efecto se trata en ese recorrido de Degas, de despojar a los cuerpos del desnudo, para mostrar el cuerpo de esas mujeres sin ropa, desvestidas del canon establecido del académico desnudo.

En la continua producción de Degas sobre estos cuerpos femeninos hay algo de la experiencia íntima del artista que trastoca los canones establecidos de la estética reconocida y autorizada para representar un ‘’desnudo’’. Así el planteamiento de la estética kantiana adquiere todo su sentido cuando se ocupa de definir la estética: el gusto personal elevado a lo universal. Esta universalidad que hace valer el artista a contracorriente de las gazmoñerías de la censura y que es al mismo tiempo personal en su realización subjetiva.

Estamos ciertamente en la esfera de lo espiritual que se realiza en la esfera de la visibilidad y la inteligibilidad (Manuel Hernández, De puertas y umbrales, 2005). Una visibilidad que nos remite al dato biográfico de Degas que perdió la vista hasta no poder crear más. Algunas de sus más valiosas e innovadoras piezas se encontraron solamente después de su muerte más de 15 años después de haber perdido la vista. Como ocurre en algunas de sus composiciones ‘‘inacabadas’’ su obra misma es una realización inacabada que confluyó por cierto en el feliz encuentro con la fotografía.
Para Degas la fotografía no impactó en nada su proceso creativo pues no sustituyó al modelo por la fotografía ni a la composición misma de su pintura ante la imagen precisa del cuerpo fotografiado de una mujer sin ropa y además desnuda a lo Degas.

¿Qué buscaba en esos cuerpos ahí en ese intersticio entre el cuerpo y su representación? ¿Qué buscaba en esa anatomía, esas espaldas y cabelleras, esas caderas, esas nalgas esos bustos? ¿Qué sublime realización podía recrear en cada composición?

Degas tomó fotografías de sus amigos y se hizo fotografiar también pero apenas y se ha conocido una sola foto de una modelo cuya imagen fue utilizada para una serie de pinturas.

No obstante esa impermeabilidad de Degas con respecto a la fotografía algo de lo que ocurre con el desnudo de Degas, aparte de sus bailarinas y el resto de su obra, no es ajeno a el canon establecido para el formato del desnudo erótico donde existe de nueva cuenta este elemento de la estética de nuestro tiempo postmoderno, una estética donde la superficie corporal nos remite a la subjetivación de nuestro cuerpo, en ese espacio de intervinculaciones que recorre ese elemento creativo inaprensible, salvo por sus consecuencias, en relación al objeto precioso o maldito, sublime o fatal que el sujeto desea y persigue en su búsqueda.

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